Esta es una novela para mover los pies, un sentido canto a la amistad, un bello homenaje a los melómanos y bailadores de Cali, a sus madrugadas de fiesta y música latina donde se cuelan soneros y voces duras, donde el abrazo y la herencia africana —que viva Changó— retumban en cada golpe de percusión.
Del Pacífico hasta el Caribe, estas notas cuentan la historia de Rosa, modista de barrio y figura majestuosa, bailarina de fuego que se hace inmortal con la noche, primero violada, después madre y ahora recuerdo. Entre el mosaico colorido de sus conocidos, la vida, la enfermedad y la muerte sirven de marco para hablar del dolor y la fidelidad: que se sepa que donde ha reinado la salsa, la fiesta se goza hasta la vida siguiente.
Adelaida Fernández reitera con esta obra su apuesta por el estilismo desde el lenguaje. El ritmo, la cadencia y la palabra construyen un laberinto sonoro del que, lejos de escapar, provoca quedarse por siempre a bailar con los ojos cerrados.