Sinopsis
Augusto Galán Sarmiento ha estado involucrado en el sector de la salud en Colombia desde varias posiciones: fue cardiólogo de la Clínica Shaio por muchos años, ministro de Salud durante la presidencia de Ernesto Samper, embajador de Colombia ante la UNESCO, miembro de la Junta Directiva de la Fundación Saldarriaga Concha, dirigente gremial, paciente cardiovascular y padre de una hija en condición de discapacidad. Estas perspectivas le han permitido identificar la evolución del Sistema Nacional de Salud y también las mejoras en las que se debe seguir trabajando.
En estas memorias personales y políticas el autor hace un recorrido por momentos determinantes de la historia nacional, como el asesinato de su hermano Luis Carlos Galán Sarmiento, la intrusión de la mafia en el Gobierno y la implementación de la ley 100 de 1993, que pretendía ampliar y mejorar la cobertura de salud en Colombia.
Siempre hay esperanza es un testimonio honesto y crítico sobre el sistema de salud colombiano, pero es también la visión optimista de un país que avanza, a pesar de todos los obstáculos que se le han presentado.
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